Una flacota en el Yoga
Hace unos meses comencé mis clases de Yoga. La verdad me gustan muchísimo y siempre agradezco la posibilidad de tenerlas, por lo menos, tres veces a la semana. Me hacen bien, me ayudan poco a poco a conocerme.
Días atrás, cuando estaba en plena clase, volteé a mi izquierda y me encontré con esta “flacota”….que a partir de ese momento registré en mi memoria Premium como “la flacota del Yoga”.
Para los que no tienen la suerte de compartir esta clase conmigo, los demás alumnos, la profesora y, por supuesto, la protagonista de esta historia, les cuento un poco:
Si alguna vez se imaginaron una italiana guapísima, de unos 28 años, elegante, simple, fuerte, ligera, niña y mujer…estaba ahí, a mi lado, ¡increíble!, aumentado aún más los motivos por los que la clase es un placer y ayudando mucho más a recuperarme y liberarme del stress y la velocidad del día a día.
Tenía el pelo oscuro, lacio y suelto; cejas y ojos buenasos, reflejaba luz y aire de mundo; usaba jeans y polo blanco (t-shirt), color que contrastaba con el tono de su pelo y el resto de sus atributos, y no se por qué, además, los integraba y hacía que resalten de juventud.
Era realmente una “mujer guapa” (sorry que vuelva a usar esta palabra…pero no encuentro otra para describirla). A mi me encantó, diría que me emocionó la imagen. Visualicé su energía en contraste con la quietud del entorno y se me hizo muy placentera la clase a su lado.
En esto días de cambio a veces me confundo, diría mejor constantemente, y mis emociones traicionan mi opinión o mi manera de relacionarme. Al sentirme vulnerable, equivoco “el timming” pero en este caso, así fuera el más sereno, cuerdo y emocionalmente estable del mundo…igual me hubiera movido. Hay cosas en la vida que nos sacan, que nos gustan, que nos hacen sentir vivos.
Creo que estar ahí en ese momento, así como todo lo que pasa alrededor, bueno y malo, es un regalo por hacer algo por mí mismo. Creo que el resto es el complemento perfecto.
Dicen los que saben, que cuando uno toma acción sobre su vida para mejorar, Dios hace todo lo demás. Después de esta experiencia, me gustaría confirmar esto. Porque hablando muy en serio...esta flacota del Yoga, sólo puede ser…cosa de Dios.
lunes, 27 de agosto de 2007
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1 comentario:
y tiene nombre esta italiana?
Beatrice quiza, o tal vez Donatella
la imagino!
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